Me gustan las casas sencillas y las historias que cuentan a través de su decoración. Una casa sin grandes pretensiones, pero en la que puedas encontrar objetos con encanto en cada rincón. Acabo de leer El libro de las casas del escritor italiano Andrea Bajani y me ha hecho pensar:

¿Por qué me gustan tanto las casas?

Esa fue una de las razones por las que decidí estudiar Arquitectura técnica e ingeniería de la edificación y, finalmente, reinventarme como Agente y Personal shopper inmobiliario en Remax Urbe II. Es increíble la cantidad de información que puedes obtener de los propietarios de una vivienda simplemente observando la casa en la que viven y eso puede ayudar mucho a vendedor y comprador.

El libro de las casas cuenta la historia de un hombre desde su infancia, a través de las casas en las que ha vivido y la situación política de Italia de los últimos 50 años. Cada casa retrata una etapa de su vida y gracias a las descripciones descubrimos la compleja relación que tiene con su padre (un hombre violento) y con su madre (una mujer atemorizada), la soledad al emigrar su familia al norte, el amor, el matrimonio, la infidelidad, el ascenso social, su refugio, un espacio íntimo donde se aísla para escribir sus sentimientos, anhelos, decepciones. Todo ello relacionado con una casa y la distribución de sus estancias.

Con respecto a esto último, me gustaría aclarar que en la mayoría de los casos la distribución de una vivienda viene condicionada por las presiones recibidas por los promotores, que exigen la mayor rentabilidad posible, y por las limitaciones de las normativas, tanto urbanísticas como de diseño que tiene que cumplir el arquitecto para proyectar y diseñar. En la Comunidad Valenciana tenemos las DC-09: Condiciones de diseño y calidad en edificios.

En El libro de las casas, el autor asigna a cada casa un nombre particular en función de las personas que lo habitan (parientes), la zona donde se encuentran (playa o montaña), su ubicación en el edificio, etc. Pero también aparecen otras denominaciones, esto es lo más bonito del libro, con un nombre no tan evidente, sino más poético, que nos invitan a imaginárnoslas, ya sea por el tipo de actividad que allí se desarrolla, por las características de la persona que la ocupa, o por el símbolo de lo que significan. Ejemplo de esto que comento: la casa del adulterio, la casa ambulante, la casa del ahorro, la del tumor, y mi favorita, la Casa del Parasiempre.

La Casa del Parasiempre es redonda, tiene forma y naturaleza de anillo de boda. La medida exacta es una circunferencia de 7,28 cm exactos. El diámetro es de 2,37 cm. Vacía, pesa unos 4 gramos. Cuando Yo entra en ella pesa 4 gramos más 87 kilos. Está construida íntegramente en oro, lo que la hace preciosa y tendente al destello. Techo y suelo son la misma curvatura: no hay solución de continuidad entre lo de arriba y lo de abajo. Techo y suelo son lisos y están completamente vacíos. En la bóveda hay grabadas una letras seguidas de tres cifras…

Gracias a las maravillosas descripciones de las casas que aparecen en el libro, el autor utiliza términos arquitectónicos para detallar los objetos cotidianos, podemos colarnos en ellas, recorrerlas, conocer su distribución, pasear por sus estancias y observar los pequeños detalles decorativos que marcan la diferencia entre unas y otras/os.

Analicemos cómo sería la composición y distribución de una vivienda actual, por ejemplo de 90 m2: Su programa consta de un salón-comedor con balcón, cocina, 3 dormitorios y 2 baños. Ahora descubramos las pistas que nos da sobre los propietarios de esa vivienda.

Por ejemplo, si la cocina está integrada en el salón comedor quiere decir que esa familia o pareja es muy social. Además, le gusta cocinar y hacer partícipes a todos los miembros de la familia de la actividad, porque mientras cocinan pueden estar al tanto de los deberes de los niños, hablar con la pareja. O es que no les gusta nada cocinar y la tienen como un elemento de diseño más.

Si tiene 3 dormitorios, mínimo tienen dos hijos y es posible que un tercero. Seguramente si solo tienen dos hijos, el último dormitorio lo utilizarán como despacho, lo que indica que algún miembro de la familia puede trabajar o trabaja desde casa. En el caso de una familia es fundamental que tengan dos baños. Si, por ejemplo, tiene balcón y en él hay plantas, una mesita indica que a esa persona le gusta la naturaleza, respirar al aire libre y no verse totalmente encerrado.

La orientación también es muy importante, aunque cuando compras una casa no siempre puedes elegir la orientación que quieres. Pongamos por ejemplo que es Sur, eso quiere decir que te gusta mucho la luz natural, el sol y el calor, lo que se traduce en una persona alegre y activa. Si es Este-Oeste, son personas meticulosas y analíticas porque estudian todas las posibilidades desde el punto de vista energético y el de consumo, ya que le dan mucha importancia. Generalmente estas viviendas gozan de una buena ventilación por lo que no tendremos que utilizar la calefacción en invierno y el aire acondicionado en verano. Si las ventanas tienen rejas indica que es persona es miedosa e insegura. Si tiene persianas o doble cortina, transmitirá que es muy reservada y recelosa de su intimidad.

En cuanto a la decoración, los muebles, los objetos y los colores también juegan un papel fundamental, tanto como el estado de la vivienda y la limpieza. Una casa ordenada, limpia y cuidada es sinónimo de unos propietarios responsables y ordenados. Si por el contario, está hecha un desastre demuestra descuido, falta de compromiso, y quizá una comodidad en el caos que se puede extender a otros aspectos de su vida.

Las obras de arte, posters, piezas icónicas de mobiliario, objetos de decoración Mid-century, años 70…representan a propietarios estetas y sensibles. Por otro lado las viviendas en las que los objetos e instrumentos para practicar deporte o la música están integrados en la decoración de la vivienda, nos muestran a propietarios dinámicos e inquietos que ponen en la misma balanza la casa y la actividad física.

¿Y tú que piensas que tú casa dice de ti?