© SandraJimenezPSI 2022 AVISO LEGAL // POLÍTICA DE PRIVACIDAD
Los agentes inmobiliarios no gozamos de muy buena reputación. Esto se debe, en parte, a que, desgraciadamente, no todos nosotros trabajamos de la misma forma ni actuamos siguiendo los mismos criterios, ni nos apoyamos en unos valores o seguimos código ético. Por otra parte, la gran rotación de agentes que se produce en las agencias a más de uno de vosotros os hará preguntaros:
¿Qué pasa con esos agentes? ¿Somos todos los agentes inmobiliarios iguales? ¿Nos fabrican en serie? ¿Somos seres de otro planeta? ¿Por qué no se guían todos por las mismas normas de actuación?
A estas cuestiones, y otras más, responde de una forma inquietante la película de terror, suspense y ciencia ficción Vivarium del director irlandés Lorcan Finnegan, estrenada en el Festival de Cannes de 2019.
En ella se hace una crítica a las inmobiliarias y a sus agentes y también, de manera indirecta, a cómo la sociedad transmite a las jóvenes parejas los beneficios de comprar una casa para formar una familia, construir un hogar en el que iniciar un proyecto de vida, así como los obtenidos al invertir en un inmueble, algo que desde el punto de vista económico siempre resulta ser una buena opción.
Para construir la trama tan aterradora que plantea la película, el director se inspiró en la burbuja inmobiliaria y el fuerte aumento de precios que sufrió Irlanda entre fines de la década de 1990 y el año 2007. En aquella época miles de familias se vieron atrapadas por la compra a un precio muy alto de viviendas unifamiliares aisladas idénticas, con su parcela y jardín, construidas en grandes urbanizaciones, emplazadas en medio de la nada, lo que repercutía en su difícil venta posterior.
Algo parecido a lo que le ocurre a la joven pareja de la película: Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) visitan una inmobiliaria con la intención de comprar su primer hogar. En ella son atendidos por Martin (Jonathan Aris), un extraño agente inmobiliario con aspecto de androide.
La indecisión e inseguridad que muestran al entrar en la agencia (solo querían algo de información de las viviendas del escaparate) son utilizadas por el agente que, con mucha astucia, los enreda y obliga a que visiten Yonder, una urbanización idílica situada en las afueras de la ciudad. En palabras de Martin:
“Un desarrollo maravilloso, tranquilo y práctico. Tiene todo lo que necesitas y todo lo que quieres. Y en cuanto a los precios, no es de extrañar que estas casas se estén vendiendo.”
Todo esto, sin antes conocer las necesidades de sus clientes, su presupuesto, su situación, el motivo por el que quieren comprar, etc, es decir sin calificarlos. Una información súper importante para un agente del comprador o personal shopper inmobiliario.
¿Qué ocurre?
Que cuando Gemma y Tom llegan a la urbanización se encuentran con un paisaje monocromático en color verde pastel que no les gusta nada: No es lo que buscan. Pero, bien por no pecar de maleducados con el agente, bien por no saber exactamente lo que quieren, aceptan visitar la vivienda disponible, la número nueve. Mientras están hablando de lo que les parece la vivienda y la urbanización, el agente inmobiliario desaparece, dejándolos atrapados en esa pequeña ciudad fantasmagórica, en la que todas las casas, todos los jardines, todas las calles y hasta todas las nubes son iguales y del mismo tamaño.
A partir de ese momento, comienza una pesadilla para ambos: Aparecen los primeros conflictos como pareja, comienzan las discusiones, su identidad empieza a diluirse poco a poco en medio de ese espacio en el que no hay lugar para la diferencia. La cotidianeidad se apodera de sus vidas y acaban desesperados por perder el control de la situación.
Sin ánimo de hacer spoilers, si habéis visto la película, el final no puede ser más perturbador, lo que me lleva a responder a las preguntas que he planteado al principio de este artículo.
Como Agente y Personal shopper de Remax os diré que sí, somos diferentes: Ello se debe, en gran parte, a los valores y filosofía de la marca a la que representamos y con la que me siento 100% identificada.
Nuestra Integridad nos define porque actuamos de forma proactiva, honesta e intentamos hacer siempre lo correcto pero, sobre todo, aquello que consideramos bueno para nuestros clientes, velando por sus intereses.
Queremos que nos conozcan por la Excelencia de nuestro trabajo. Por eso, trabajamos con toda nuestra energía, ilusión, atención y cuidado para hacer las cosas lo mejor que sabemos y así superar sus expectativas.
Ofrecemos un Servicio de calidad porque anteponemos sus necesidades a las nuestras y nos ponemos a disposición de ellos en todo momento.
Tenemos un elevado nivel de Compromiso con ellos porque somos responsables y honestos, damos el máximo y lo mejor de nosotros mismos para sacar adelante nuestro trabajo cuando las circunstancias son adversas.
Ofrecemos Colaboración porque trabajar juntos nos enriquece, nos ayuda a que todos tengamos éxito, crezcamos personal y profesionalmente, lo que también favorece que nos cuidemos y respetemos los unos a los otros.
Estamos en continuo Aprendizaje y nos esforzamos por formarnos constantemente, crecer y evolucionar tanto personal como profesionalmente para mejorar nuestros servicios y ofrecer un servicio de calidad.
Nos gusta nuestro trabajo, de ahí nuestro Entusiasmo y optimismo a la hora de trabajar y acometer cualquier tarea que se nos presente.
Nuestros objetivos son altos pero gracias a ellos conseguimos Resultados extraordinarios que nos diferencian de la competencia porque hacemos que las cosas ocurran.
Y todo esto bajo el prisma de la Diversión porque lo pasamos en grande, disfrutamos compartiendo y celebrando juntos tanto nuestros logros como los del resto de compañeros.
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